Existen muchos tipos de violencia: tortura, guerras... por ejemplo. Pero la violencia hacia las mujeres es un tipo de violencia que afecta a las mujeres por el simple hecho de serlo. Es un tipo de violencia que se ejerce por parte de algunos hombres para mantener el control y el dominio sobre las mujeres.
La violencia de género no se debe a unas características singulares y patológicas de algunos individuos, sino que se produce principalmente por unas características estructurales, de una forma cultural de definir las identidades y las relaciones entre hombres y mujeres. La socialización de hombres y mujeres que se ha ejercido a lo largo de muchos años en la mayoría de culturas fomenta la construcción de identidades masculinas y femeninas donde se fomentan relaciones de dominación y subordinación. Por lo tanto, son estas características estructurales las que hacen que muchos individuos ejerzan violencia hacia las mujeres. Y lo que es más grave, hace que la sociedad las tolere socialmente.
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- La violencia de género tiene su origen en la desigualdad de poder entre mujeres y hombres. La violencia contra las mujeres es el resultado de la idea de superioridad masculina y de los valores que se reflejan en el código patriarcal. La esencia del código patriarcal es una representación de la masculinidad a través del dominio de la mujer. la idea de la jerarquía sexual y la identificación de la virilidad con la superioridad masculina sobre la mujer, aquello que dentro del ámbito popular se ha llamado machismo, están intrínsecamente unidas a la idea que es legítimo imponer la autoridad sobre la mujer, incluso mediante la violencia. A las mujeres se las considera seres inferiores a los que se puede usar como a un objeto, menospreciar y hasta maltratar. El machismo, por lo tanto, se refiere a las ideas de superioridad masculina y al miedo, entre los hombres, de mostrar cualquier conducta o características que tenga connotaciones femeninas.
- Tiene un carácter instrumental. La violencia de género no es un fin en si mismo sino un instrumento de dominación y control social. Se utiliza como a mecanismo de mantenimiento del poder masculino y de reproducción de la sumisión femenina.
- No es natural, es aprendida. La violencia no es un comportamiento natural, es una actitud aprendida mediante la socialización. El aprendizaje para dominar se legitima a través de valores que limitan en los hombres la empatía. Los valores que sotienen el aprendizaje de la violencia son el sexismo y la misoginia. el sexismo es el menosprecio por las mujeres y la creencia que es conveniente ejercer sobre ellas el dominio y forzar a la sumisión, además de dedicarles a tareas serviles y rutinarias. La misoginia es el odio y el miedo a las mujeres, que también está estrechamente relacionado con las creencias sobre la inferioridad moral, física e intelectual de las mujeres y la necesidad que sean controladas por los hombres.
- Es tolerada socialmente. La violencia masculina ha sido tolerada tradicionalmente como algo "natural" y es transmitida en la educación de niños y niñas así como en los modelos masculinos que presentan los medios de comunicación. Hay una cierta aceptación social de la violencia o, por lo menos, no hay un rechazo cerrado y definitivo. Afortunadamente en los últimos años nuestra sociedad empieza a tomarse en serio que esta forma de violencia es un asunto que incumbe a todo el mundo.
- Pasa desapercibida y es difícil de advertir. La violencia de género ha tenido que ser denunciada para que empiece a visibilizarse. La situación es circular, no es posible verla si no se considera un problema, y solamente es posible definirla como a problema después de haberla hecho visible. A partir de su reconocimiento, el rechazo social es la forma más eficaz de combatirla. Esta idea que la violencia es inadmisible la desarrolla el Consejo de Europa bajo el lema Tolerancia Zero ante la Violencia de Género.
